Mi Guadalajara

23 de noviembre de 2014.- A cuatro años de haberse conmemorado el centenario de la Revolución Mexicana, las diferentes representaciones artísticas de dicho acontecimiento que marcó el rumbo del país siguen mostrándose en corredores y espacios públicos. 20 dibujos cuelgan de las paredes de la Galería Central que está en las instalaciones de la Casa de Cultura Zapopan (Vicente Guerrero 233), los cuales hacen referencia a dicho movimiento.

“Tierra y libertad”, como lema de algunas obras. Hombres y mujeres: Mizraim Cárdenas, Roberto Ferreyra, María Dolores Mercado, Rene Arceo, Héctor Duarte, Sal García, Oscar Moya, Gabriela Trinida, por nombrar algunos, son los aventurados en explorar artísticamente el lado revolucionario. Tarea compleja pues para un virtuoso el escenario actual suele servir como referente de inspiración; así como su vivir y el ámbito de desarrollo.

Lo que queda tras la Revolución es una historia oficial registrada y secretos, que no lo son tanto, a voces que después cambian a leyendas, aspectos se puede tomar de referencia para la práctica. Pero el arte es subjetivo y responde al entendimiento del creador. La tarea de los que visitan galerías o se adentran a estas manifestaciones es interiorizarse en el pensar del artista e interpretar su obra.

La muestra es de 20 obras hechas por el mimo número de artistas que pertenecen al taller de “Arceo Press & Studio” de Chicago. René Hugo Arceo, graduado del Instituto de Arte recibió un BFA, con especialización en grabado y un certificado de maestro. Explican de él que “a través de su trabajo, se explora una serie de cuestiones relativas a la humanidad representada a través de los elementos figurativos y estilos eclécticos. Constante, la búsqueda de innovaciones de Arceo para un método pictórico de romper con la ilusión, lo que da a su obra tal impacto. Arceo mantiene una materia sencilla con el fin de crear un movimiento visual intrincada con interacciones espaciales complejas entre la figura y el espacio”.

Referentes que sus alumnos han aprendido, pues figuran en las piezas la línea delgada –ya fragmentada- entre lo real y un tal vez. “Huella de sangre” o la muerte con chal; el símbolo patrio pero con una niña en lugar del águila; mujeres y rifles; lotería: la dama, el valiente, la soldadera; la Guadalupana; se entiende la intención del artista al generar en el espectador una visión clara de lo que se debe decir de la revolución, lo que se debe razonar y sentir.